Antonin Rodet

Antoine Rodet, padre de Antonin, presintió en seguida el éxito de la Côte Chalonnaise y no dudó en invertir en el viñedo en 1887, en plena crisis de la filoxera. En aquella época, Mercurey ya gozaba de una excelente reputación, si tenemos en cuenta los escritos de Jules Chevrier (presidente de la Sociedad de Historia y Arqueología de Chalon-sur-Saône) en su obra publicada en... Seguir leyendo

Antoine Rodet, padre de Antonin, presintió en seguida el éxito de la Côte Chalonnaise y no dudó en invertir en el viñedo en 1887, en plena crisis de la filoxera. En aquella época, Mercurey ya gozaba de una excelente reputación, si tenemos en cuenta los escritos de Jules Chevrier (presidente de la Sociedad de Historia y Arqueología de Chalon-sur-Saône) en su obra publicada en 1883 Chalon-sur-Saône pittoresque et démoli «[...] Climat que produce el mejor vino de la Côte Chalonnaise [...]». Su hijo Antonin comprendió rápidamente la utilidad de la comunicación para promocionar la excelencia de sus vinos y aumentar las ventas. Para conseguirlo utilizó herramientas innovadoras en la época: la publicidad («la réclame»), que utilizó mucho a partir de los años20 del siglo XX, y desarrolló una serie de objetos publicitarios con la imagen de su empresa. Estos objetos forman parte del patrimonio de la marca y, actualmente, se exponen al público en el clos Antonin Rodet. Gracias a él la maison goza de reputación internacional. «Viajero comercial» desde los 16 años, se dio cuenta de la utilidad de centrarse en la exportación y así reforzar la posición comercial de su maison de vinos. Después de ganar la Medalla de Plata Grand Modèle en la Exposición Universal de París de 1900, la Maison Rodet utilizó la publicidad para aumentar su notoriedad y la de los vinos de Mercurey mucho más allá de las fronteras de Borgoña. Pero sin descuidar nunca la calidad de los vinos. Dos generaciones, padre e hijo, han construido en Mercurey una empresa de renombre internacional.